sábado, 22 de diciembre de 2018

JAIME SAMANIEGO Y MARTÍNEZ-FORTÚN, PRIMER CABALLERO LAUREADO DE LAS FUERZAS REGULARES

Antes de finalizar el año 2018, no hay que dejar pasar el recuerdo a D. Jaime Samaniego y Martínez-Fortún, Teniente de Caballería destinado en las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, primer Caballero Laureado de dicho glorioso cuerpo.



El 15 de mayo de 1912, el Teniente Samaniego, al frente de una sección del Tercer Escuadrón de la unidad anteriormente citada, luchó heroicamente en el combate librado para conseguir ocupar el poblado de Haddu Al-lal Kaddur, situado al suroeste de Melilla. Desde que se inició la acción se condujo con gran energía y decisión, cargando con gran valor contra el enemigo que le recibió con fuego de fusilería. Tras ser herido gravemente en el pecho, continuó dando pruebas de sereno valor cargando nuevamente al frente de su unidad contra los harkeños rebeldes, hasta que una segunda herida, en el corazón, acabó con su vida. En este combate también perdió la vida el cabecilla rebelde El Mizzian, consiguiéndose el final de la revuelta.

El Teniente Samaniego fue ascendido póstumamente a Capitán por méritos de guerra así como condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando, la más preciada distinción a la que aspira todo militar español. Fue el primero de los Regulares en recibirla y un claro ejemplo de ese lema que llevan con orgullo "Fiel Regular hasta morir".

D. Jaime Samaniego y Martínez-Fortún había nacido en Valladolid un caluroso 29 de agosto de 1883, hijo del Barón de Camporredondo, D. Antero Samaniego y Frías, y de Dª. María de los Ángeles Martínez-Fortún y Martínez- Talavera, hija del Mariscal de Campo carlista D. León Martínez-Fortún y Erlés.



En su ciudad natal cursó el bachillerato con los Padres Jesuitas del Colegio de San José hasta su ingreso en la Academia de Caballería en septiembre de 1903, donde consiguió el empleo de Segundo Teniente en julio de 1906 cuando fue destinado al Regimiento de Cazadores Villarrobledo, 23º de Caballería, de guarnición en Badajoz.

A principios del año siguiente fue trasladado al Regimiento de Lanceros del Príncipe, 3º de Caballería, de guarnición en Alcalá de Henares. En agosto pasó en comisión de servicio al Depósito de Cría y Doma, en Córdoba, donde llevó a cabo prácticas de ganado y agricultura, regresando a su Regimiento una vez concluidas.

Ascendió por antigüedad al empleo de Primer Teniente en julio de 1909, y siendo destinado a una nueva unidad en septiembre, el Regimiento de Húsares de Pavía, acantonado en Aranjuez, y donde permanecería hasta su incorporación al posteriormente laureado Regimiento de Cazadores Alcántara, que prestaba servicio en Melilla. Este último traslado se produjo a instancias de su solicitud por servir en la campaña africana.

Al mes de servir en su nuevo destino marroquí, el Teniente Coronel de Caballería D. Dámaso Berenguer, primer jefe y organizador del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla desde su creación en junio de 1911, lo requirió para esa novedosa fuerza de choque del Ejército Español en Marruecos. Se incorporó inmediatamente al Tercer Escuadrón, nueva unidad que necesitaba de la instrucción necesaria para ponerse a la altura del resto de los Regulares. Con sus hombres sirvió en la Campaña del Kert hasta hallar gloriosa y heroica muerte en el cumplimiento del deber.

Sus restos mortales descansan en el Panteón de Héroes del Cementerio de la Purísima Concepción, de la española ciudad africana de Melilla.

Bibliografía:
Real Academia de la Historia
Archivo General Militar de Segovia





domingo, 9 de septiembre de 2018

TENIENTE D. JOAQUÍN MOORE DE PEDRO, BARÓN DE MISENA, PRIMER ABANDERADO DE LA LEGIÓN

Próximo a cumplirse el XCVIII aniversario de la fundación de la Legión como Tercio de Extranjeros (1), queremos dedicar este artículo a quien fuera su primer abanderado, aquel que el 21 de octubre de 1920 y portando la bandera del Regimiento de Infantería "Serrallo" nº 69, en la explanada junto al río Tarajal (Ceuta), portando la enseña nacional, fue testigo de la Jura de Bandera del primer contingente de legionarios.

D. Joaquín Moore portando la bandera del Regimiento Serrallo nº 69,
flanqueado por el Teniente Coronel Millán-Astray y el Comandante Franco
Para la biografía de este valiente legionario vamos a reproducir el artículo del Comandante de Infantería D. Francisco Ángel Cañete Páez publicado en la revista "La Legión" nº 523.

Joaquín Moore de Pedro nace en Madrid el 29 de Octubre de 1892, siendo hijo de  Don Rafael Moore de Pedro y de Doña Joaquina de Pedro Barnocta-Aldamaz. Cursa estudios del Bachiller en Artes, y el día 1º de Agosto de 1913 ingresa en la Caja de Reclutas de Madrid Nº 2, en calidad de Soldado quinto del Reemplazo de 1913. Con fecha 16 de enero de 1914, pasa destinado en la clase de soldado de segunda al Regimiento de Infantería “LEÓN” nº 38, de guarnición en Madrid, no incorporándose al mismo al haberle sido concedida prórroga hasta verificar oposiciones para ingreso en las Academias Militares. El día 5 de Septiembre de 1914, y al haber obtenido plaza de Alumno en la Academia de Infantería de Toledo, efectúa su presentación en dicho Centro de Enseñanza Militar, como integrante de la XXII Promoción y donde queda cursando el Plan de estudios reglamentario. El día 8 de diciembre de ese mismo año (1914), y en el suntuoso y porticado patio del Imperial Alcázar toledano, presta juramento de fidelidad a la Bandera; juramento que le es tomado por el Ilmo. Sr. Coronel Director de la Academia: Don Enrique Marzo Balaguer. El día 25 de Junio de 1917, y por haber concluido con aprovechamiento el Plan de Estudios vigente en dicho Centro de formación de oficiales del Arma, es promovido a segundo teniente de Infantería con antigüedad de la fecha citada. Por Real Orden de 26 de Junio de 1917 (Diario Oficial Nº142) se dispone que en su documentación se haga constar “ que este Oficial se encuentra en posesión del Título de Barón de Misena”. Por Real Orden de 27 de Junio de 1917 ( Diario Oficial Nº 143) pasa destinado al Regimiento de Infantería “LA LEALTAD” Nº 30, de guarnición en la plaza de Burgos, efectuando su incorporación al mismo el día 31 de Julio siguiente y queda en servicios de instrucción y guarnición. El día 12 de Agosto marcha a Gijón (Asturias) formando parte de su batallón donde queda destacado hasta el día 21 de Noviembre, que en virtud de lo ordenado por el Excmo. Sr. Ministro de la Guerra, en su superior Telegrama Postal (T.P.) de fecha 13 del citado mes, regresa con su Batallón a su ciudad de guarnición (Burgos), donde finaliza el año. Da comienzo el año 1918, con el teniente Moore de Pedro de guarnición en Burgos. De conformidad con lo dispuesto en la Ley de Bases de 29 de Junio de ese año (1918) este oficial cambia la denominación de su actual graduación de segundo teniente  por la de Alférez. Por Real Orden Circular de 20 de Julio de 1918, pasa destinado al Regimiento de Infantería “COVADONGA” nº 40, de guarnición en Madrid, al que se incorpora el día 10 de Agosto siguiente. El día 28 de Noviembre marcha a Alcañiz (Teruel) en uso de dos meses de licencia por enfermo, concedidos por el Excmo. Sr. Capitán General de la Primera Región Militar, y en esta situación finaliza el año. El día 28 de enero de 1919, finaliza su licencia por enfermo incorporándose a su Regimiento. El día 28 de febrero, y habiéndose declarado el “Estado de Guerra” queda “de cuartel” dispuesto a salir para restablecer el orden público. El  día 2 de Marzo sale con su batallón ( el 2º) y a las órdenes del Sr. Coronel Jefe del Regimiento Don Ambrosio Feijóo Pardiñas, a mantener el orden en los barrios extremos de la ciudad, hasta el día siguiente ( 3 de Marzo), en que regresa a su acuartelamiento al ser levantado el “Estado de guerra”. Por Real Orden Circular (R.O.C.) de 4 de Septiembre de 1919 (Diario Oficial Nº 198) es promovido al empleo de Teniente de Infantería con antigüedad del 25 de Junio anterior, continuando destinado en su mismo Cuerpo. Por R.O.C. de 28 de Octubre de 1919 (D.O. Nº 243) es destinado al Regimiento de Infantería del “SERRALLO” nº 69, al que se incorpora, en la plaza de Ceuta el día 15 de Noviembre siguiente, siendo dado a conocer con las formalidades de Ordenanza. Cuán ajeno estaría nuestro teniente Moore de Pedro de pensar, que  casi un año más tarde (Octubre de 1920)  y en el acto de la primera Jura de bandera del recién creado “Tercio de Extranjeros” sería el oficial abanderado, portando la gloriosa enseña del “Serrallo” 69, y vistiendo ya el uniforme gris verdoso del Tercio, con “chapiri” incluido como prenda de cabeza. Pero aún le quedaba casi un año de destino en el Regimiento del “Serrallo”. El día 22 de Diciembre y formando parte de la columna que manda su coronel Don Quirico Aguado Manrique, se traslada al destacamento de R`Gaiia, donde queda prestando servicio de campaña, hasta el día 24 del mismo mes que regresa a su acuartelamiento en Ceuta, donde, prestando los servicios propios de su empleo finaliza el año.  El día 22 de enero de 1920, marcha con su Compañía a la posición “General García Aldave” en una colina dominante de la ciudad, batida por  todos los vientos que se afianzan en el Estrecho, y sede parcial de guarnición, durante muchos años, de La Legión Española, donde queda prestando servicio de campaña hasta el día 22 de Febrero en que marcha al campamento de Dar Riffien (que pocos meses después quedaría íntimamente ligado al Tercio de Extranjeros), formando parte de su Batallón (el 1º del  “Serrallo”) permaneciendo en dicho campamento hasta el 11 de Marzo en que regresa a su acuartelamiento en la plaza (Ceuta). El 9 de Julio se traslada a Alcázar Seguer quedando en servicio de campaña hasta el 10 de Agosto que marchó con su Compañía a cubrir la posición de Rauda, donde permanece hasta el 11 de Septiembre que regresa a Ceuta.

Según Orden Comunicada Telegráfica de fecha 4 de Octubre de 1920, del Ilmo. Sr. Coronel Encargado del despacho de la Comandancia General de Ceuta, se dispone que “Este Oficial (teniente Moore de Pedro) pase a prestar sus servicios en concepto de “agregado” al Tercio de Extranjeros”, efectuando su incorporación a su nueva Unidad ese mismo día. Por R.O.C. de 11 de Octubre es destinado al “Tercio de Extranjeros” cesando en su condición de “agregado”, siendo destinado a la Primera Bandera que manda el Jovencísimo Comandante de Infantería Don Francisco Franco Bahamonde, efectuando su presentación en la posición de “García Aldave” donde se encuentra destacada dicha bandera. En el acto de presentación el Comandante Franco lo nombre “Teniente Ayudante” de la Bandera. (2)

El día 21 de Octubre del presente año (1920) tiene lugar en los aledaños del cauce seco del Río Tarajal (Ceuta), el solemne acto de la “Jura de Bandera” de los legionarios ingresados hasta dicha fecha en el Tercio de Extranjeros. Para dicho acto, y al mando del Teniente Coronel D. José Millán Terrero forman las tres Banderas Legionarias que hasta esa fecha integran el Tercio de Extranjeros (3). Pero al no contar dicha Unidad con bandera propia dada su reciente creación, su Jefe tiene que solicitarla a la Autoridad Militar de la Plaza de Ceuta, la cual designa para dicho acto a la “enseña” del Regimiento de Infantería del “SERRALLO” Nº 69 ( y no la del Regimiento de Infantería ”CEUTA” nº 60, que erróneamente dan por cierto la mayoría de los historiadores) enseña que sería portada por un Oficial subalterno ( Alférez o teniente) del citado Regimiento. Pero Millán quiere que la bandera sea portada por un teniente del Tercio, y aunque el Coronel Jefe del “Serrallo” se resiste, al final accede con la condición de que el abanderado sea el Teniente Joaquín Moore de Pedro, que hasta hace muy pocos días había estado destinado en “El Serrallo”, donde ha dejado una muy buena impresión entre sus superiores y compañeros. Millán acepta la decisión del Coronel Jefe del Regimiento “Serrallo” y nombra al Teniente Moore de Pedro Abanderado para el acto de la Jura del día 21 de Octubre. El prestigioso fotógrafo Bartolomé Ros y Ros, natural de Cartagena (Murcia) y  afincado en Ceuta, gran especialista en la fotografía militar nos ha dejado unas artísticas fotos del acto de la Jura, fotos plenas de plasticidad y belleza. En ellas se puede ver al Oficial abanderado (teniente Moore de Pedro) sosteniendo airoso y marcial la enseña del Regimiento del “Serrallo” 69, y a su derecha  (izquierda de la foto) al Jefe del Tercio de Extranjeros: TCOL. Millán Terreros, con el sable desenvainado y en correcta posición de firmes, presidiendo el acto de la Jura, así como al Comandante Francisco Franco, sosteniendo con su mano derecha los pliegues de la sagrada enseña de la Patria, para que sobre sus tafetanes depositen el beso los legionarios de nuevo ingreso. Y es el propio Franco, en su ya citada obra “Diario de una Bandera”  el que nos deja  una vibrante a la par que breve, crónica del acto  “ Unos días después, y en el llano del Tarajal, se celebra la Jura de Bandera de los legionarios alistados. A la hora señalada concurren en el llano las tres primeras banderas en organización y formadas en tres extensas filas, presentan las armas al paso de la sagrada Bandera; el teniente coronel les dirige breves palabras y les toma el juramento de fidelidad; a sus frases responden los legionarios con el gorro en alto, jurando morir por La Legión, y besando la sagrada enseña desfilan marciales oficiales y soldados. A los acordes de la Marcha Real se aleja por la carretera la Bandera en que prestaron juramento los soldados; la vemos alejarse con emoción pero sin pena ¡ No es nuestra propia Bandera que aún tenemos que ganar! (4).



Entre los legionarios que en tan señalado día 21 de Octubre de 1920 depositaron su beso sobre la enseña de la Patria, estarían sin duda alguna:  Marcelo Villarreal Gaitán el primero en formar en las filas de La Legión, fallecido de Sargento al escalar los risco escarpados de Malmusi Alto el 23 de Septiembre de 1925, siendo ascendido a Suboficial a título póstumo; Carlos Expresatti de la Vega, quien, en una ya lejana controversia, pretende arrebatarle a Marcelo el honor de ser el primer alistado, Dimitri Ivanof, Domingo Piris Berrocal, Bartolomé Munar, Santiago Garriga Maxfret, que sería condecorado con la Medalla Militar Individual, Baltasar Queija Vega, el primer muerto en combate de La Legión, Otto Preit Weitia, Máximo Sueta Nibacor, José López Díaz, etc. Algunos  de ellos llegarían a Oficiales, dando fe de que era cierto aquello que anunciaban los carteles fundacionales del Tercio: la posibilidad para los más valientes y esforzados de “Hacer honrosamente la carrera de las Armas”. Legionarios como  Máximo Sueta Nibacor, uno de los primeros promovido a Alférez del Tercio (5); Otto Preit Weitia ( o Weftu) que combatió con honor y heroísmo en la Campaña de Marruecos siendo promovido a Alférez y Teniente del Tercio, pasó a Retirado al haberse acogido a la llamada “Ley Azaña” promulgada al advenimiento de La República (Abril de 1931). Al inicio de nuestra Guerra Civil, se volvió a poner el uniforme legionario  tomando parte activa en la campaña, en las filas nacionales y en el transcurso de la cual sería ascendido a Capitán Legionario  con antigüedad de 28 de Marzo de 1937, en cuyo empleo dejaría un muy grato recuerdo en el Tercer Tercio a comienzos de la década de los cuarenta del pasado siglo. A Domingo Piris le tendría reservado el destino y su brillantísimo historial militar el ser el único Legionario de 2ª, que llegaría a alcanzar el grado de Teniente Coronel en el escalafón legionario. Finalmente a Don Bartolomé Munar le cupo el honor de lucir en su uniforme legionario la prestigiosa Cruz de las Rojas Espadas orladas de laureles, que distingue a aquellos que en su Hoja de Servicios y en el apartado “VALOR” llevan anotada la conceptuación de “HEROICO”.

Y siguiendo con la semblanza biográfica del teniente Joaquín Moore de Pedro, semblanza forzosamente breve pues breve fue su vida militar activa. El día 3 de Noviembre marcha con su Bandera al campamento de Uad-Lau, pernoctando en el Rincón de el Medik, reemprendiendo la marcha al alba del siguiente día pasando por Tetuán y vivaqueando en Beni Madam, llegando el día 6 a Uad Lau, donde queda de servicio de campaña. Y en esta situación, destacado en Uad Lau y ejerciendo el cargo de Ayudante de la 1ª Bandera finaliza el año.


Y llegamos ya al año 1921, último en la vida de Joaquín Moore de Pedro. El día 25 de Marzo marcha a Madrid en uso de un breve permiso por “asuntos propios”. El Diario ABC, en su edición del domingo 27 de Marzo de 1921, y en sus “Ecos de Sociedad” nos da cuenta de la llegada de Moore a la capital del Reino: “Procedente de Tetuán y en uso de licencia, ha llegado a Madrid Don Joaquín Moore de Pedro, Barón de Misena, Teniente Ayudante de la Primera Bandera del Tercio de Extranjeros”. El día 4 de Abril se reincorpora  a su destino en el destacamento de Uad Lau. Los días 18 y 19 de Abril asistió con la columna del Coronel Don Alberto Castro Girona a la ocupación de distintas posiciones de singular valor estratégico, regresando a Uad Lau  el día 25 del citado mes de Abril. El 24 de Junio marcha con su Bandera al Zoco el Arbaa, asistiendo los días 25, 27 y 29 del referido mes a la ocupación de Ait el Gab, Selach y Muñoz Crespo, respectivamente, sosteniendo intenso fuego con el enemigo. El día 1º de Julio salió para Ben Karrik, y el 2 para el Fondak de Ain Yedida en misiones de campaña. El día 6, y formando parte de la columna del Sr. Teniente Coronel Don Gregorio Benito Terraza ocupó las lomas inmediatas al Blocao de Crias, sosteniendo violento fuego con los rebeldes cabileños. Los días 11, 16 y 20 de Julio, encuadrada su Bandera en la columna del Excmo. Sr. General de Brigada Don Enrique Marzo Balaguer ( su Coronel Director de la Academia de Infantería el año de su ingreso) asiste a la toma de R´Kaija y Zoco el Jemis, así como a la rectificación de distintas posiciones. El 20 de Julio la Bandera regresa a su destacamento de Robba El Gozal.

 Forzosamente hemos de recordar aquí, con profundo sentimiento los hechos luctuosos, a la par que tristísimos, acaecidos en el devenir histórico de nuestra Patria. Días que llenaron de luto y desazón a millares de hogares españoles.  Durante los días 21, 22 y 23 de Julio de 1921, se produce el llamado “Desastre de Annual” y el consiguiente Derrumbamiento de la Comandancia General de Melilla, estando nuestra Plaza de Soberanía melillense a punto de ser tomada por las hordas de Abd El Krim, dadas las muy escasas fuerzas que en esos momentos la guarnecen. Una voz se alza con fuerza entre el Alto Mando militar ¡Hay que salvar a Melilla! Y como no podía ser de otra manera, entre las fuerzas que van a acudir a la salvación de Melilla, ocupan la vanguardia de honor :Los Regulares y el Tercio de Extranjeros. Sobre las dos de la madrugada del 22 de Julio ( nos dice el Comandante Franco) suena el teléfono de campaña en el campamento de Robba El Gozal (En la Circunscripción Occidental de nuestro antiguo Protectorado).El teniente coronel Millán ordena que una Bandera tiene que salir de inmediato para Tetuán y de allí a Ceuta. Algo muy grave debe estar pasando, piensa el Jefe, cuando nos imprimen la máxima urgencia en el desplazamiento. Le corresponde salir a la Primera Bandera, a cuyo frente se encuentra el Comandante Franco quien, como sabemos, tiene por Ayudante al Teniente Moore de Pedro. Sobre las cuatro de la madrugada se pone en marcha la bandera con muy pocos descansos y que a la salida del sol inclemente haría muy pesado el caminar. Hacen un alto junto a las márgenes de un pequeño río y se autoriza a los legionarios a darse un baño.  A eso de las tres de la tarde se reemprende la marcha para el Fondak, donde llegarían, ya con el cansancio reflejado en los rostros, sobre las once de la noche. La tropa vivaquea y a los pocos momentos duerme tendida en las cunetas. El Comandante Franco seguido de su fiel Ayudante Moore de Pedro, y sus capitanes, comentan en breve tertulia los sucesos que se deben estar desarrollando en Melilla, que requieren nuestra inmediata presencia en la Plaza. Pero hay que seguir, a las tres y media de la madrugada del 23 de Julio, suena insistente el teléfono de campaña, instando a reanudar la marcha. A los legionarios hay que irlos despertando uno por uno, tal es el estado de cansancio en que se encuentran. Reemprendida la macha, sobre las diez de la mañana desfilan nuestros legionarios por las calles de Tetuán. Allí les llega la fatal noticia de que en Melilla ha ocurrido un “Desastre” y que el general Silvestre se ha suicidado. No hay tiempo que perder, la Bandera del Comandante Franco embarca en un trenecito que enlaza Tetuán con Ceuta, que sobre las cuatro de la tarde los deja en la pequeña pero vistosa estación de ferrocarril ceutí de “Las Puertas del Campo”. Desfile hasta el puerto y antes del embarque en el “Ciudad de Cádiz”, les pasa revista el general Sanjurjo. Por fin llega para nuestros soldados el descanso necesario. Apenas en un día y medio, nos dice el Comandante Franco en su obra “Diario de Una Bandera”, los legionarios habían recorrido algo más de cien kilómetros. Magnífico ejemplo del cumplimiento de los Espíritus de “Marcha” y de “Sufrimiento y Dureza” del CREDO LEGIONARIO.

En Ceuta, toma el mando de las banderas legionarias ( la Segunda Bandera se incorpora a la expedición de socorro) el Teniente Coronel Don José Millán Terreros, Primer Jefe del Tercio de Extranjeros. Sobre las ocho de la tarde de ese 23 de Julio el “Ciudad de Cádiz” zarpa rumbo a Melilla. Durante la travesía se reciben varios radios del Alto Comisario que manda “Forzar la marcha todo lo posible” y pregunta ¿Cuándo llegaremos? El capitán del barco dice que vamos a toda marcha  y que las máquinas no se pueden forzar más. Al fin, sobre las dos y media de la tarde del día 24 de Julio, se rebasa el Cabo Tres Forcas, vigía y atalaya milenaria de la antigua Rusadir fenicia. Media hora más tarde arribamos a Melilla. Antes de desembarcar una motora se acerca al barco y sube a bordo un Oficial de Estado Mayor, y tras presentarse al general Sanjurjo, le transmite la orden del Alto Comisario, general Berenguer, para que el Teniente coronel Millán-Astray, se dirija en un breve discurso a la población para levantarle el ánimo, pues se encuentran con la moral muy quebrantada. Acto seguido el teniente coronel Millán, subido a la borda del barco saluda al pueblo de Melilla y en una vibrante alocución los tranquiliza. Les dice que ya están aquí Los Regulares y La Legión dispuestos a morir si preciso fuera en defensa de los melillenses, y que al frente de todas las tropas está el heroico general Sanjurjo que es la mejor y más segura garantía del éxito de la empresa. Las palabras del ilustre jefe, son acogidas por los melillenses con clamorosas ovaciones, los vivas se suceden y el pueblo se desborda en entusiasmo. Una vez desembarcados los legionarios, con la música a la cabeza, desfilan por las calles de la ciudad entre los vítores de la muchedumbre. Un ilustre cronista melillense, que presenció el desfile de las banderas legionarias, mezclado entre la multitud, en ese día 24 de Julio de 1921, nos ha dejado una breve y emocionada crónica que no me resisto en reproducir: “ Pasó primero la tronada de los tambores, las cornetas dibujando ringorrangos de oro en el aire, la bandera, el carnero de largos toisones; luego una riada impetuosa de banderines alzados al pasar ante la tribuna; soldados de rostros duros, feroces, que dan un grito seco como de descarga, y tuercen el cuello en el ¡Vista a la derecha! con garbo eléctrico de una gallardía insolente. Trajes pardos, cuellos abiertos, brazos tatuados, paso resuelto. La Legión pasa como un alud verdoso, y cuando acaban de pasar los legionarios me quedo unos minutos entontecido. ¿Qué ha sido esto? Tengo la sensación de que he visto pasar un huracán”.

Guarnecida la plaza de Melilla con las tropas enviadas desde la Península, así como las que han acudido en su auxilio desde la Circunscripción Occidental de nuestro antiguo Protectorado y reforzadas sus defensas, de inmediato el Mando dispuso la urgente organización de una Columna de socorro y de Reconquista del territorio perdido en esos días finales del mes Julio de 1921. La citada columna, cuya vanguardia va a ocupar el Tercio y los Regulares, estaría mandada por el Excmo. Sr. General de Brigada D. José Sanjurjo Sacanell.  No me es dado el reflejar aquí, dados los límites de este artículo y su glosa principal en la figura del heroico Teniente de Infantería Joaquín Moore de Pedro, que a los órdenes de su Comandante Don Francisco Franco, Jefe de la Primera Bandera del Tercio, sigue desempeñando las importantes funciones de Ayudante, el pormenorizar el itinerario heroico y glorioso de la citada Columna “Sanjurjo”.  El enemigo crecido por su triunfo y perfecto conocedor del terreno va a plantar cara con una energía desconocida a los valientes soldados del ejército español integrados en la citada columna. Pero ahí van, en la vanguardia los legionarios de Millán y Franco, los Regulares de González Tablas, así como otros distinguidos Batallones y Baterías de Artillería, con nuestra  valerosa y abnegada Caballería, que se acababa de cubrir de gloria, cargando hasta la extenuación en el cauce seco del Río Igán, que auxiliados por nuestra Artillería  y nuestros Ingenieros, junto a nuestros sufridos Cuerpos de Intendencia, Sanidad, Brigada Obrera y Topográfica, Compañía de Mar, etc. van a demostrar y hacer patente el más alto grado de heroísmo en esta campaña de Reconquista.



En los días finales del mes de Julio de 1921, la columna “Sanjurjo” se pone en marcha, a la vanguardia, como ya he dicho, la Primera bandera del Tercio de Extranjeros, con su fiel Ayudante el teniente Moore de Pedro, a quien ya la muerte, que siempre se lleva a los mejores, le tenía reservada cita, para tan solo unos meses más tarde en las lomas ásperas de Taxuda-1.  La lista de combates y acciones en las que interviene la citada bandera, nos la ha dejado plasmada en un libro pleno de heroísmo y amor patrio, su jefe el Comandante Franco en su “ Diario de una bandera”.   Y nombres tales como: Ait Aisa, Tiquel Manin, Sidi Amarán, El Atalayón, Sidi Hamed el Hach, el Blocao de Dar Hamed, donde un modesto Legionario de Primera, muerto el teniente Jefe del destacamento, el suboficial y el cabo, toma el mando y con sus quince legionarios de segunda, unidos en fraternal y eterno abrazo con sus hermanos  los 17 soldados de la Brigada Disciplinaria de Melilla, dan  muestras, en un supremo alarde de valor y patriotismo, de cómo se defiende una posición y de cómo se muere por España. Y no quisiera extenderme más, sin salirme del titular de este artículo. En todas estas acciones el teniente Moore de Pedro, en cumplimiento de su importante misión da inequívocas pruebas de un valor sereno y profundo. Sigue la Primera bandera cosechando lauros a costa de dejar sobre el terreno una gran parte de sus valientes legionarios. Y así de nuevo en Tizza, Casabona, Nador, Tahuima, Sebt y Atlaten nos dan cumplida prueba del alto grado de heroísmo de aquellos que un día acudieron al reclamo de unos carteles anunciadores para alistarse en un Cuerpo, llamado a ser grande por heroico, creado a imagen y semejanza de ese genio místico de la guerra, que fue el Teniente Coronel Millán-Astray. (Oficialmente, Millán aún no había adicionado a su primer apellido el “Astray” paterno, pero ya se le conocía con su apellido compuesto de Millán-Astray).

Y henos aquí ya, siquiera sea con la imaginación, en esa trágica mañana del 10 de Octubre de 1921, en la que en la acción de Taxuda-1, cae gravísimamente herido el teniente Moore de Pedro, falleciendo dos días más tarde.  Día glorioso, este 10 de Octubre, según nos dejó escrito el Comandante Franco, y nos confirmó la brillantísima  actuación de la Primera Bandera. Y como he reflejado al principio, la acción consistía en que mientas varias columnas desde la plaza (Melilla) van a intentar escalar el Gurugú, la columna “Sanjurjo” saliendo de Seganga debe cortar el paso al enemigo en Taxuda.

La papeleta que se le presenta a la Primera Bandera es de primer orden. Y en ella cumple un papel importante el  Barón de Misena, teniente Ayudante de la Bandera,  si bien a costa de su propia vida, entregada con generosidad a la Patria,  siguiendo los venerandos principios que le inculcaron en las aulas del imperial alcázar toledano.

De todos cuantos nos honramos en profesar la noble Carrera de las Armas, o bien nos hemos dedicado por afición al estudio de los Reglamentos y la “Doctrina para el Empleo Táctico de las Armas y Servicios” es sabido las importantes misiones que lleva implícitas el cargo de un Ayudante de Batallón ( en este caso de Bandera) en campaña. A las órdenes directas de su jefe de Bandera el Comandante Franco, el teniente Moore de Pedro, en la acción del 10 de Octubre de 1921, para la toma de “Taxuda-1”, se desplaza una y otra vez sorteando el fuego enemigo, para llevar a los escalones inferiores (Capitanes de Compañía y tenientes jefes de sección destacada) las órdenes e instrucciones de su Comandante. Órdenes, en su mayoría verbales, cuando no escritas a lápiz en esas entrañables libretillas de campaña que tan famosas se hicieron en la Campaña de Marruecos y en nuestra Guerra Civil. Y en cumplimiento de su misión, el teniente Moore de Pedro se desplaza sobre los riscos de Taxuda, expuesto al fuego enemigo, tanto de frente como de franco,  con la única misión de hacer llegar cuanto antes las órdenes de su jefe a sus órganos receptores. Y es entonces, cuando en cumplimiento de su esforzada misión, un certero disparo rifeño, le impactó de lleno en la cabeza, produciéndole heridas de tamaña gravedad, que en una larguísima agonía, entregaría su alma a Dios dos días más tarde ( el 12 de Octubre de 1921). Su jefe, el comandante Franco al verle llegar moribundo en la camilla, lo despide con emoción, en un párrafo de su obra ya citada “Diario de una Bandera”:   “En estos momentos cae con la cabeza atravesada mi fiel ayudante. El plomo enemigo le había herido mortalmente; desde la guerrilla dos soldados conducen su cuerpo inanimado, y con dolor veo separarse de mi lado para siempre al fiel y querido Barón de Misena”.

NOTAS

1.        Denomino a la acción del día 10 de Octubre de 1921, en que fue herido gravísimo (falleciendo dos días más tarde) el teniente JOAQUÍN MOORE DE PEDRO, como “TAXUDA-1”, pues poco tiempo después, y casi en los mismos escenarios, tuvo lugar la acción “TAXUDA-2”.
2.        El singular afecto que el Comandante Franco profesaba al Teniente Moore de Pedro, al margen de ser un brillantísimo oficial, y el profundo sentimiento que le produjo su muerte heroica en campaña,  pudiera ser por el hecho de ser ambos de “la misma quinta”, toda vez que los dos nacieron el año 1892: Moore el 29 de Octubre y Franco el 4 de Diciembre.
3.        Las tres Banderas Legionarias que formaron para el solemne acto de la Jura, el 21 de Octubre de 1920, en los aledaños del cauce seco del Río Tarajal , bajo el mando superior del TCOL. Jefe del Tercio Don José Millán Terreros, estaban mandadas respectivamente por los Comandantes : Don Francisco Franco Bahamonde (la 1ª), Don Fernando Cirujeda Gayoso (la 2ª) y Don José Candeira Sestelo ( la 3ª)
4.        La Bandera Nacional le sería entregada al TERCIO en Dar-Riffien, el día 5 de Octubre de 1927, en una solemne ceremonia presidida por los Reyes de España y siendo madrina de la Enseña S.M. La Reina Doña Victoria Eugenia.
5.        Acompañan al Alférez Don Máximo Sueta Nibacor, en esta primera nómina de Alféreces del Tercio procedentes de Legionarios de 2ª: Don Julián Patón Medina, Don Andrés Fuentes Jiménez, Don Carlos Tiede Zedem, Don Conrado Jimeno Castillo y Don Juan González Munné. Todos ellos ascendidos con antigüedad de 16 de Junio de 1924.
6.        El tributo de sangre pagado por La Legión en la acción de “TAXUDA-1”, el 10 de Octubre de 1921, se cifró en  25 muertos y 91 heridos. Entre los oficiales fallecidos se encontraban el Capitán Don Eduardo Covo  Gómez, y los tenientes Don Antonio Rodrigo Cifuentes y Don Joaquín Moore de Pedro (fallecería el día 12), y herido el teniente Perez Mercader.



miércoles, 25 de julio de 2018

LA MUERTE DEL TENIENTE CORONEL SANTIAGO GONZÁLEZ TABLAS Y GARCÍA HERREROS, JEFE DE REGULARES

Ayer miércoles, día 25 de Julio, se celebró la festividad del Apóstol Santiago, Santo Patrón de España; y una vez concluido dicho día queríamos rendir homenaje a un héroe patrio fallecido en acto de servicio y de nombre Santiago González-Tablas y García-Herreros.



Con la intención de aportar algo diferente a ya escrito, en las siguientes líneas recogeremos lo publicado en el diario ABC el día 14 de mayo de 1922 al conocerse la muerte de tan insigne militar. Queremos indicar que las fotografías no aparecían en el original del periódico, sólo el texto.

"FALLECIMIENTO DE GONZÁLEZ TABLAS"

"En los centros oficiales se dió al mediodía de ayer la noticia del fallecimiento del teniente coronel de las fuerzas Regulares indígenas de Ceuta, número 3, D. Santiago González Tablas, a consecuencia de las heridas que sufría.

Al tener noticia S.M. el Rey de la muerte del teniente coronel González Tablas llamó a un hermano suyo, que es comandante de Alabarderos, y le hizo presente su más sincero pésame por la irreparable desgracia.

--------------------

Tetuan 13. 4 tarde. (Por radiotelegrafía oficial). Ayer fue tomado Tazarut, formando las fuerzas de choque la columna de Serrano. A las diez de la mañana, en un momento durísimo de combate, el teniente coronel de Regulares de Ceuta, D. Santiago González Tablas, recibió un balazo en el vientre. Evacuado de la posición de Amán, operóle el Dr. Gómez Ulla, encontrándole destrozado el bazo y perforado el estómago. El herido no recobró el conocimiento, siendo inútiles cuantos esfuerzos se realizaron y falleciendo a las nueve de la mañana de hoy. El comisario superior ordenó el traslado urgente del cadáver al campamento general del Zoco El Jemis, para rendir al héroe de los Regulares los honores merecidos a tan incomparable historia militar.

A las doce en punto llegó al Zoco el cadáver, que fué recibido por las fuerzas del campamento, todos los jefes y oficiales y por los generales Berenguer, Manzano, Marzo y Correa. El momento fué de indescriptible emoción. Mientras caía una fuerte lluvia, el coronel jefe de Estado Mayor, Gómez Jordana, situándose a la derecha del cadáver, colocado en una camilla sobre dos mesas, leyó, con intensa emoción la siguiente orden general:

"Ejército de operaciones: Señores generales, jefes, oficiales y tropas: En la operación de ayer murió gloriosamente el teniente coronel, jefe del grupo de Regulares de Ceuta, D. Santiago González Tablas. Todos conocéis la brillante actuación de este jefe modelo, que en este territorio y en el de Melilla contribuyó poderosamente, con su brillantísimo y bizarro comportamiento, al éxito alcanzado.

España, el Ejército y cuantos con él hemos compartido la ardua labor que nos está confiada, le debemos admiración y gratitud. 

Yo, por mi parte, emocionadísimo en estos momentos por la pérdida del jefe insustituible y el amigo leal y entrañable, no encuentro palabras para hacer pública mi pena en toda la intensidad.

Pidamos todos a Dios por el que en estas horas se encuentra en lugar preferente, reservado a los que mueren luchando por la Patria. Reciban en estos momentos público homenaje de pésame y admiración los valientes de ese grupo de Regulares, leales siempre y bizarros siempre también, como su malogrado e inolvidable jefe que, a las órdenes de éste, supieron cumplir como buenos como seguirán haciéndolo siempre en todo momento.- Alto comisario, Berenguer."

Acto seguido, el alto comisario se adelantó, y poniéndose junto al cadáver, con voz velada por las lágrimas, dijo, poniendo la mano sobre su pecho:

- En el combate de ayer caíste gloriosamente cuando, una vez más, dabas ejemplo de alto espíritu militar, cumpliendo valerosamente frente al enemigo. España, el Ejército y los Regulares de Ceuta pierden a un jefe de incomparables dotes. En nombre del Rey, por vuestros altos merecimientos, os concedo la medallas militar, seguro de que se sentirá honrada eta insignia al verse sobre vuestro pecho, y la Orden enaltecida al contaros entre sus caballeros.

Acto seguido descubrió la cara del cadáver, depositando un beso sobre su frente, entre la indescriptible emoción y el llanto de los presentes.

Las fuerzas, comenzando por los Regulares de Ceuta, compuesta por los bravos moros que combaten  nuestro lado, desfilaron ante el cadáver a los acordes del pasodoble Los voluntarios. El sentimiento producido en el Ejército de operaciones por la muerte de González Tablas ha puesto la nota triste al contento general por el brillante éxito alcanzado ayer con la toma de Tazarut y con ello el vencimiento de la campaña.

El cadáver fué trasladado a Ceuta en un armón de Artillería.

Acompañábale, en representación del comisario superior, un ayudante de éste.

Los periodistas que siguen las operaciones, no pudiendo rendir otro tributo al heroico González Tablas, han pedido al comisario superior autorización para transmitir, por la radiotelegrafía oficial, a sus periódicos esta triste nueva, que seguramente ha de conmover a España entera.

(Firman este despacho todos los periodistas.)

--------------------

Todo en Santiago González Tablas era simpatía. Su figura, sus ademanes, su modestia. González Tablas era, ante todo y sobre todo, un caballero, militar disciplinado y enamorado de su carrera como nadie. Hablaba el árabe casi con absoluta perfección. Delgado, alto, joven y fuerte, contaba cuarenta y tres años de edad y era teniente coronel desde 1919.

Salió de la Academia en 1894, y pronto supo demostrar sus entusiasmos y honrar el glorioso uniforme del Arma de Infantería. Siendo comandante, marchó a Ceuta a mandar un tábor de Regulares indígenas. Allí ganó la cruz laureada de San Fernando en la brillante acción de Rauda. Ascendido por méritos de guerra a teniente coronel, nadie como él para mandar a los bravos Regulares indígenas, y desde entonces, al frente del grupo número 3, se fué cubriendo de laureles.

Dos amigos, los Tenientes Coroneles Millán Astray y González Tablas,
Jefes del Tercio y Regulares de Ceuta respectivamente
Compañero de Academia del bravo jefe del Tercio de  Voluntarios, y amigo de siempre de Millán Astray, juntos marcharon a Melilla cuando ocurrieron los tristes sucesos de Julio. Entonces era para González Tablas el momento más difícil de su carrera. Compuesto el grupo que mandaba de indígenas, casi todos ellos reclutados en las cabilas de Quebdana y de Frajana, entonces sublevadas, todo el mundo dudaba del comportamiento de los Regulares de Tablas. Todo el mundo menos él. Los indígenas le adoraban, y detrás de él fueron a pelear contra sus mismas cabilas, contra sus mismas familias. El día 8 de Septiembre, en el asalto a Casabona, González Tablas cayó gravemente herido, y entonces se vió el fanatismo que por él sentían sus soldados. Por la sala del hospital en que se hallaba asistido, desfilaron todos, indígenas y europeos. Todos entraban a besar las manos de su valeroso jefe.

La Duquesa de la Victoria y el Dr. Noguera atendiendo al
Teniente Coronel González Tablas de su herida en la acción de Casabona
 Repùesto de las graves heridas marchó a Ceuta a tomar otra vez el mando de sus Regulares, y ahora, cuando la campaña en aquella zona se puede considerar virtualmente y brillantemente terminada, el día último de lucha, cuando pocos momentos después hubiera podido disfrutar de la gloria que dignamente había ganado, en la toma de Tazarut cae mortalmente herido de tres balazos.

Con la muerte de González Tablas se malogra una de las figuras más brillantes de nuestro Ejército. Al caer González Tablas pierde España uno de sus más preclaros defensores; las fuerzas indígenas, un valiente jefe, y todos, a un patriota insigne y a un modelo de caballeros y de cristianos.

Descanse en paz el valeroso soldado a quien España debe gratitud imborrable.

LA NOTICIA EN PAMPLONA

Pamplona 13. 6 tarde. La noticia de la muerte del ilustre pamplonés el heroico teniente coronel Sr. González Tablas, ha causado aquí general sentimiento.

Infinidad de personas pertenecientes a todas las clases sociales han testimoniado su pésame a la hermana del pundonoroso jefe de las fuerzas Regulares de Ceuta, esposa del alcalde de esta ciudad.

MANIFESTACIONES DE PÉSAME

Sanlúcar 13. 11 noche. Por el domicilio de doña Concepción González Tablas, esposa del concejal de este Ayuntamiento don Tomás Barbadillo, han desfilado las autoridades y muchas y significadas personalidades, para testimoniar a dicha señora su más sentido pésame por la muerte de su hermano el heroico teniente coronel, jefe de los Regulares de Ceuta."

¡¡HONOR Y GLORIA A LOS QUE DIERON SU VIDA POR ESPAÑA!!

¡¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!!

sábado, 21 de julio de 2018

EL MAYOR HÉROE DE LA LEGIÓN, CAPITÁN PABLO ARREDONDO ACUÑA

La Legión Española, fundada como Tercio de Extranjeros en el año 1920 ha sido desde ese momento la unidad más laureada del Ejército Español, habiéndose hecho acreedora de siete Corbatas Laureadas de la Real y Militar Orden de San Fernando y de veintidós Corbatas de la Medalla Militar, las más importantes condecoraciones que se conceden como premio al valor heroico y/o muy distinguido demostrado por los receptores. Además, a sus oficiales, suboficiales y caballeros legionarios se les han concedido veintidós Cruces Laureadas de San Fernando y doscientas once Medallas Militares Individuales.

Capitán D. Pablo Arredondo Acuña con su primera
Cruz Laureada de San Fernando en el pecho

D. Pablo Arredondo Acuña, en su carrera militar se hizo acreedor de dos Cruces Laureadas de San Fernando - hecho sólo alcanzado en su época por otros cuatro militares - además de una Medalla Militar Individual y un ascenso póstumo a Comandante por méritos de guerra. En su hoja de servicios se recogen su participación en más de cincuenta acciones de combate y diez heridas de guerra. En las siguientes líneas vamos a conocer su vida.

Nació nuestro héroe en la histórica ciudad jiennense de Baeza el 8 de enero de 1890, en el seno de una familia de amplia tradición militar, originaria de Torreperogil que se estableció en Baeza en 1887 al casar su padre, el Teniente Coronel de Infantería D. Pablo Arredondo y Muñoz-Cobo con Dª. Rosario de Acuña y Martínez de Pinillos, hija de D. Cristóbal de Acuña Solís, alcalde de la ciudad.

Según pleito de hidalguía conservado en la Real Chancillería de Granada, sus raíces castrenses se remontaban hasta D. Lope García de Arredondo, quien tomó parte en la conquista de Baza junto a los Reyes Católicos. Militar fueron su bisabuelo, que sirvió en el Regimiento de Dragones de la Reina, sus tíos, su padre e incluso sus cinco hermanos, todos estos últimos muertos cumpliendo su deber militar. Hoy día, el apellido Arredondo sigue sirviendo en nuestras Fuerzas Armadas, honrando a España y a sus antepasados.

El 13 de abril de 1899 el pequeño Pablo recibió un fuerte golpe anímico, en Sevilla moría su padre debido a lo quebrantada que había quedado su salud tras su participación en la Guerra de los Diez Años en Cuba. 


Alcázar de Toledo, lugar donde se ubicaba la
Academia de Infantería (c. 1880)
El 31 de agosto de 1908, siguiendo los pasos de su difunto padre, ingresa en la Academia de Infantería de Toledo, donde tras cursar los tres años reglamentarios salió en el verano de 1911 como Segundo Teniente y destino al Batallón de Cazadores de Barbastro nº 4, de guarnición en Alcalá de Henares. Desde 1909 se combatía por establecer un Protectorado español en Marruecos, necesitando el Ejército de ir rotando en el territorio a distintas unidades . Así, el 9 de mayo de 1913 embarca en Algeciras con destino a Ceuta junto a su nueva unidad, el Batallón de Cazadores de Arapiles nº 9, a la que se había incorporado en mayo de 1912. Nada más llegar y tratándose de un cuerpo de primera línea, comienza a participar en enfrentamientos con los rifeños, siendo su bautismo de fuego en ese mismo mes, era una simple escaramuza, pero no tardaría en llegar su primer enfrentamiento serio.

Era la tarde del 11 de junio de 1913. Al Batallón de Cazadores de Arapiles se le da la orden de ocupar una posición para apoyar el repliegue desde Laucien hasta Tetuán de la columna mandada por el General D. Miguel Primo de Rivera. El Arapiles, mandado por el Teniente Coronel D. Alfredo de Castro Otaño, ocupa unas alturas para mejor proteger el repliegue de la columna. Inmediatamente se vieron atacados por gran número de enemigos de las harcas del Raisuni que volcaban toda su potencia sobre las tropas en repliegue. Durante un buen rato, los cazadores de Arapiles opusieron fuerte resistencia para dar tiempo al repliegue de la columna, pero llegó un momento que prácticamente se vieron rodeados por un enemigo que gritaba desaforadamente para minar la moral de los españoles, por lo cual, el Tte. Coronel Castro, ya avanzada la tarde, ordenó el repliegue de la unidad.


Empezó con orden, por escalones que se apoyaban sucesivamente, pero cuando las sombras del anochecer empezaron a dificultar la visibilidad, el enemigo, aprovechando su perfecto conocimiento del terreno, se movió muy ágilmente, desorientando a la reacción española. Por la izquierda del despliegue se bate el Teniente Arredondo. Cumpliendo la orden de repliegue, acaba de abandonar un grupo de rocas desde donde ha mantenido a raya al enemigo. Apenas se han alejado unos cien metros, cuando los moros, dueños ahora de las rocas, desencadenan un fuego mortífero que no sólo les alcanza a ellos, sino que bate a las otras secciones en movimiento. Las bajas crecen de modo alarmante. Arredondo quiere contrarrestar el efecto que los heridos producen en sus compañeros y grita: "iMuchachos! ¡Tenemos que volver! ¡Echarlos de las rocas! ¡Adelante, cazadores! iA por ellos!"

La reacción es instantánea, los soldados corren tras su oficial, quien, sable en mano, se lanza a desalojar al enemigo. La lucha al arma blanca es tremenda, pues los moros se protegen entre las rocas y hay que sacarlos de su escondite. El Teniente Arredondo lucha a mandobles con tres rifeños que le rodean, derribando de un certero golpe a uno de ellos. Los otros, asustados por el valor de aquel hombre que lucha como un coloso, huyen precipitadamente. Uno de sus hombres descubre entonces que el Teniente está herido en la ingle, manando abundantemente sangre y así se lo hace saber. "¡Calla! -le dice- ¡No es más que una pedrada", y volviéndose hacia sus hombres, tremolando el sable ensangrentado, exclama: "¡Otro empujón y no volverán más a estas piedras!", al tiempo que nuevamente corre al frente de su Sección y vuelve a cargar con el mismo empuje. Su asistente, asustado, le vuelve a decir a su Teniente que la herida que tiene en la ingle no es una pedrada sino una herida de bala, a lo que el Teniente replica: "No digas disparates, y no hables con nadie de mi herida. Ya lo sabes, no es más que una pedrada. Aguanto bien y no es momento de pararse a curar un pacazo sin importancia".

Por tercera vez vuelve con sus hombres a desalojar al enemigo que hostiga sin tregua a las tropas en retirada. El valor de sus oficiales no solo estimula, sino que enorgullece a los soldados y, contagiados de su valor, cada uno es un héroe que lucha sin regateos. Es así, con enérgicas reacciones, como el Batallón de Arapiles pudo seguir su camino a Tetuán. Cuarenta bajas ha tenido la unidad, entre ellas la herida de pronóstico grave del Teniente Arredondo, quien regresó cojeando y con uno de sus hombres cargado a hombros. Por esta acción recibió la Cruz de primera clase de la Real y Militar Orden de San Fernando (1) - esta condecoración se igualó a partir de 1925 con la Cruz Laureada de 2ª clase de la misma Orden -.

Sin haberse repuesto del todo de tan complicada herida que le hizo perder un riñón, y ascendido a Primer Teniente por antigüedad,  en abril de 1914 se incorporó al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla, de guarnición en Tetuán. Con dicha unidad tomó parte en ocho acciones de combate, mereciendo ser citado como Distinguido en la Orden del Cuerpo y recompensado con la Cruz del Mérito Militar con Distintivo Rojo, lo que acrecentó su fama de oficial valiente y sacrificado.


Tercio de Extranjeros fundado en septiembre de 1920 (c. 1921)
De agosto a diciembre de 1916, debido a las nuevas heridas recibidas y las molestias que las antiguas le causaban, pasa a situación de "reemplazo por herido" a la 2ª Región Militar. A finales de 1916 ascendió a Capitán y regresó a la península, donde pasó por varios destinos hasta que el Teniente Coronel Millán-Astray le envió una carta para que se incorporase a la 1ª Compañía de la I Bandera del recién creado Tercio de Extranjeros. En su misiva literalmente le dijo: "Arredondo, necesito tu entusiasmo. Te prometo sufrimientos sin fin, estar en primera línea de combate, probablemente la muerte, y también la gloria, si eres capaz de merecerla". El 1 de octubre de 1920 ya estaba incorporado al Tercio en el acuartelamiento "García Aldave" de Ceuta.

Los siguientes meses los pasará dedicado a la organización e instrucción de su compañía, tarea que no debió de ser nada fácil si tenemos en cuenta la calidad de los primeros contingentes que se incorporaron al Tercio: delincuentes, ex presidiarios y aventureros de varias nacionalidades que buscaban una nueva vida, y a los que había que convertir en una unidad eficiente y disciplinada capaz de operar siempre en los puestos de mayor peligro.

A partir del 18 de abril de 1921 comenzó a operar con las columnas de los Generales Castro Girona y Sanjurjo, con las que, pese a no serle asignada la vanguardia que Millán-Astray reclamaba reiteradamente, recibió su auténtico bautismo de fuego el 25 de junio durante la ocupación de la posición de Ait Gaba. Tras cuatro días de intensos combates, en la operación "Muñoz Crespo" es nuevamente herido cuando avanzaba al frente de su Compañía junto al resto del Tercio para desalojar a los rifeños de sus posiciones. En un brutal contraataque, los marroquíes frenan el intento de desalojo y con certeros disparos sobre los oficiales paralizan el avance español. El Capitán Arredondo herido en ambas piernas dirige a sus hombres gritando las órdenes desde el suelo bajo el fuego enemigo.

Al ser evacuado horas después y debido a la gravedad de sus heridas fue trasladado a Madrid, donde tras ser intervenido quirúrgicamente parecía que había finalizado en el servicio activo la vida militar de nuestro héroe, ya que le fue recomendado el pase al Cuerpo de Inválidos. Para poder caminar necesitó el resto de su vida un incómodo aparato ortopédico e incluso pudo disimular su cojera.

Empeñado en volver al Tercio pasó los siguientes años luchando en las oficinas del Ministerio de la Guerra y en los tribunales médicos, para ser readmitido al servicio activo; incluso, S.M. el Rey D. Alfonso XIII se comprometió a ayudarlo tras haberlo recibido en audiencia el día 27 de marzo de 1923.


Teniente Coronel Jefe del Tercio de Extranjeros
Tras este calvario, por fin el 23 de julio de 1924 se reincorpora al Tercio, lo cual había sido y era su mayor deseo. Inmediatamente comenzó a participar en acciones de combate, y volvió a la dura y placentera vida del legionario: dolor, heridas, hambre, sed, combates, honor y gloria. Quizás previendo su muerte, al mes siguiente, en agosto, dejó escrito su testamento:

" Lego a mi ahijado Pablo la Cruz de San Fernando que lleve en mi uniforme al morir, y sepa cumplir con la Patria. 

Lego a mi sobrino Pablo, hijo de mi hermano Luis, mi uniforme ensangrentado con el mismo fin. Encargo a mis hermanos Juan y Luis, hagan un ligero resumen de mi vida militar y muerte por la Patria, para que se lo lean con frecuencia a sus hijos, para que sirviéndoles de ejemplo, lo sigan y sean hijos amantísimos de España, como yo siempre lo fui".

Continuó combatiendo en diversas acciones rodeado de sus legionarios, hasta el día 19 de noviembre de 1924, cuando al mando de su 1ª Compañia con la que protegía la evacuación del campamento de Xauen bajo un violento temporal de agua y viento, es herido, permaneciendo en su puesto animando a sus legionarios mientras cubre la retirada del resto de la I y VI Banderas y los Regulares de Ceuta. Otro disparo le alcanza en el pecho, produciéndole una gravísima herida. Cuando es evacuado en una camilla al puesto de socorro, recibe un nuevo disparo en la cabeza que le causa la muerte instantánea. La gravedad de la situación hace que no pueda recuperarse su cuerpo, que es abandonado al enemigo.

Caballeros Legionarios atacando una posición rifeña
Póstumamente y por sus méritos en combate recibirá el ascenso a Comandante (2), la Medalla Militar Individual (3) y su segunda Cruz Laureada de San Fernando (4). Igualmente, en 1925 el Ayuntamiento de Torreperogil solicitó al Rey que le fuera concedido a su madre y en memoria de nuestro héroe el Marquesado de Arredondo, pero queda sin materializarse dicha propuesta.

Además de las condecoraciones anteriormente relacionadas, durante su carrera militar recibió la Medalla de Sufrimientos por la Patria, la Medalla Individual de Marruecos con pasador de Tetuán y distintivo de herido, y la de los Centenarios de los Sitios de Zaragoza y Gerona.

Fallecido soltero a los 34 años, sí sabemos que estaba comprometido con Dª. Luisa San Teodoro y Linares, vecina de Madrid, y a la cual dejó bajo el amparo familiar de los Arredondo como si de la viuda se tratara, ya que consignó para ella en su testamento una pensión vitalicia mensual de 150 pesetas pagaderas desde el mes siguiente a su muerte.

(1) CONCESIÓN CRUZ DE SAN FERNANDO DE 1ª CLASE
(2) ASCENSO A COMANDANTE POR MÉRITOS DE GUERRA
(3) CONCESIÓN MEDALLA MILITAR INDIVIDUAL
(4) CONCESIÓN CRUZ LAUREADA DE SAN FERNANDO

Bibliografía: 
Memorial de Infantería, Ministerio de Defensa de España
Blog del General Dávila 



viernes, 13 de julio de 2018

CRUZ LAUREADA COLECTIVA PARA LA LEGION

Tras un tiempo sin publicar nada, volvemos con una noticia rescatada de la web "El Confidencial Digital" referente a la posibilidad de conceder a nuestra gloriosa Legión Española la Corbata de la Real y Militar Orden de San Fernando. Dicha condecoración se otorgaría a la unidad al completo, y en base a un expediente abierto hace casi 90 años y que por diversos avatares se quedó durmiendo el sueño de los justos, en este caso, injustamente. 
Por tanto, como verdaderos merecedores de este gran honor ganado a sangre y fuego desde el primer día, proponemos difundir esta noticia, y por supuesto apoyar la concesión de dicha condecoración. Se puede apoyar a través de una petición creada en change.org (FIRMA LA PETICIÓN), y a través de las redes sociales con el siguiente hashtag #LaureadaLegion 
Pasamos por ello a transcribir lo dicho en el artículo publicado en dicho medio, el día 10 de febrero del presente año.


La Laureada para la Legión lleva dos años bloqueada por Defensa

La Asamblea de la Real Orden de San Fernando aprobó en 2015 un dictamen positivo, pero el ministerio no ha elevado el real decreto al Consejo de Ministros.

La Legión, una de las unidades más carismáticas de las Fuerzas Armadas españolas, está a punto de cumplir cien años. Nació en 1920, para combatir en la Guerra del Rif, en Marruecos, donde sus primeros integrantes protagonizaron acciones que fueron considerados merecedoras de la máxima condecoración militar, la Laureada de San Fernando. Sin embargo, obstáculos y demoras burocráticas siguen frenando la concesión de esta medalla.

El teniente coronel, y antiguo caballero legionario, José Pérez Recena estaba promoviendo una campaña de recogida de firmas para solicitar al Ministerio de Defensa que reactivara y finalizara los trámites para distinguir a la Legión con una Laureada de San Fernando colectiva para toda la unidad.
No se trataba de iniciar de cero un expediente para dirimir si la Legión había realizado actos que merecieran ser reconocidos como “acciones excepcionales o extraordinarias, individuales o colectivas, siempre en servicio y beneficio de España”, tal y como establece el reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando.
Y es que ya en 1928 -ocho años después de la fundación del Tercio- se inició el llamado juicio contradictorio para esclarecer si la Legión en su conjunto merecía, por distintas acciones de guerra destacadas en la campaña de Marruecos, la Laureada de San Fernando, máxima condecoración militar en España, creada en 1911 por las Cortes de Cádiz.
Diversos avatares y finalmente la Guerra Civil impidieron que ningún gobierno llegara a aprobar de forma definitiva la concesión de la Laureada. 

Petición: que tomen ya una resolución 

El Confidencial Digital ha podido saber que, a principios de este mes de febrero, el teniente coronel en la reserva Pérez Recena remitió una carta a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, interesándose por el estado de los trámites para aprobar la condecoración.
Se trata de la tercera carta que remite al ministro de Defensa -ahora Cospedal, pero antes Pedro Morenés- preguntando por este asunto, ya que sólo falta por cumplir el último trámite: que el Ministerio de Defensa eleve la propuesta al Consejo de Ministros, que este resuelva su aprobación por real decreto, y que el real decreto de concesión de la Laureada de San Fernando sea firmado por el rey Felipe VI y publicado en el Boletín Oficial del Estado.
Recena, y otros militares interesados en la recuperación del proceso de concesión de esta medalla a la Legión, se muestran extrañados por los retrasos que se están acumulando en este asunto. Y es que  la Asamblea de la Orden de San Fernando había ya aprobado el dictamen positivo sobre esta propuesta de Laureada en septiembre de 2015.

“Carácter de urgente”

Han pasado más de dos años desde que la propia Orden de San Fernando se expresó a favor de conceder la medalla a la Legión. Fuentes consultadas por ECDapuntan que el reglamento vigente de la Real y Militar Orden de San Fernando (aprobado por Real decreto 899/2001, de 27 de julio, y recogido en el BOE número 194, de 14 de agosto) establece que el Consejo de Ministros, previa deliberación, puede adoptar dos resoluciones: bien devolver el expediente al Ministerio de Defensa, “si considera que no han quedado suficientemente esclarecidos los hechos, o que procede el archivo del expediente, o la concesión de otra recompensa distinta”; o bien proponer al rey (soberano de la orden) la concesión de la Laureada por real decreto.
En todo caso, “el plazo máximo para dictar la resolución, contado a partir de la orden de incoación, será de seis meses. En su tramitación, el procedimiento tendrá carácter de urgente y gozará de preferencia en el despacho de cualquier otro asunto”. Por este motivo, el teniente coronel Pérez Recena, y otros militares de alto rango consultados por ECD se extrañan de que hayan pasado dos años y no se sepa nada de la Laureada.
El Confidencial Digital ha contactado con el Ministerio de Defensa para conocer la situación del expediente, y para saber si existía algún motivo que hubiera retrasado al Gobierno para adoptar una resolución, bien concediéndola o bien rechazándola. Al cierre de esta edición no había recibido respuesta alguna de Defensa.

Sin noticias durante dos años

Entre la aprobación del dictamen positivo por la Asamblea de la Real y Militar Orden de San Fernando, en septiembre de 2015, y el actual febrero de 2018, el teniente coronel Pérez Recena principalmente ha tratado de informarse de por qué el dictamen no llegaba al Consejo de Ministros.
Durante los largos meses de 2016 en que el Gobierno del PP estuvo en funciones por la repetición de las elecciones generales, los impulsores de la Laureada a la Legión no insistieron demasiado en el tema: el Consejo de Ministros sólo despachaba asuntos ordinarios y apenas tomaba decisiones de algún calado político.
Eso sí, el teniente coronel lo comentó con el secretario general técnico del Ministerio de Defensa, cuando este alto cargo visitó a la Legión en Ceuta y ambos coincidieron. Recena le abordó y le entregó un sobre con documentación para recordar que el asunto estaba pendiente de la aprobación final.
Una vez que Mariano Rajoy fue investido de nuevo presidente, en octubre de 2016, Recena volvió a la carga. Escribió una carta a María Dolores de Cospedal, recién nombrada ministra, solicitando una audiencia para, en persona, poder interesarse por el estado del expediente que ya estaba en Defensa.

De Morenés a Cospedal

El gran maestre de la Orden de San Fernando había remitido el expediente en septiembre de 2015, tras recibir el visto bueno de la asamblea. Es decir, el expediente llegó en la época de Pedro Morenés, y cuando Cospedal tomó las riendas del departamento el teniente coronel quiso darle un nuevo impulso.
No hubo respuesta a esa carta, por lo Pérez Recena insistió con otra misiva en febrero de 2017. Tampoco Defensa dio respuesta, pero sí le llamaron de la Orden de San Fernando: se mostraban extrañados porque el ministerio les hubiera derivado su última carta, puesto que ellos ya habían cumplido los trámites que les correspondían estudiando el caso y aprobando el dictamen positivo.
Un año después, y como ya se ha dicho antes, el teniente coronel ha vuelto a escribir una carta a Cospedal para saber qué ocurre con la Laureada a la Legión. Y está dispuesto a emprender nuevas iniciativas para presionar a Defensa y que tome una resolución sobre esta la medalla. En todo caso, asegura que no va a abandonar su empeño por que se concluya el expediente que se inició en 1928, y espera que se resuelva antes de 2020, cuando se cumplirán cien años de la fundación del Tercio de la Legión.

Contactos de altos mandos

El Confidencial Digital ha podido consultar a otros altos mandos del Ejército de Tierra en la reserva que también se han interesado por este asunto. Aseguran que, a través de sus contactos, han conseguido que en el Ministerio de Defensa se haya originado cierto movimiento para conocer qué ha ocurrido con el expediente, que durante dos años ha estado completamente olvidado.
Además, muestran un optimismo cauto de que este nuevo impulso pueda llegar a buen puerto: apuntan que, actualmente, en los puestos de máxima responsabilidad de las Fuerzas Armadas hay militares que conocen la Legión por su experiencia y que pueden tener cierta simpatía por este empeño.
Sin ir más lejos, el Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), el general de Ejército Francisco Javier Varela Salas, pasó por la Bandera de Operaciones Especiales de la Legión, y entre 2009 y 2011 fue general jefe de la Brigada de la Legión “Rey Alfonso XIII”. Confían en que, si estos altos mandos se implican, se dé el empujón definitivo para que Defensa eleve la propuesta a la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios, de ahí pase al Consejo de Ministros y se apruebe definitivamente la Laureada.

Acciones heroicas que salvaron Melilla

Las acciones de guerra concretas por las que ahora se solicita condecorar a la Legión sucedieron entre 1921 y 1925.
España acababa de sufrir el desastre de Annual, y las recién creadas por José Millán Astray banderas de la Legión se distinguieron por su valor y arrojo en los combates, llegando a perder en ocasiones hasta la mitad de los efectivos de alguna bandera. Entre otros logros, consiguió evitar que los rifeños llegaran a amenazar seriamente la ciudad de Melilla. Casabona, Sebt y Ulad Dau, Taxuda, Ambar, Tizzi Azza, Kobba Darsa, Kudia Tahar... son nombres de lugares donde tuvieron lugar algunas de estas acciones memorables para la Legión.
Durante el juicio contradictorio, el juez llamó a declarar a un gran número de testigos -legionarios, otros militares españoles, rifeños, marroquíes-, que detallaron lo que vieron en los combates en los que destacaron los legionarios. El juez concluyó que habían actuado con extraordinario valor y disciplina, y que habían sufrido más de 2.000 muertos y 6.000 heridos, lo que suponía más de un tercio de bajas respecto del total.
Con la Guerra Civil el expediente se perdió presuntamente. En 2012, José Pérez Recena, al preparar unas conferencias sobre la participación de la Legión en la campaña del Rif en los años 20, comenzó a indagar acerca de este expediente. También colaboraron otros militares como el general de Brigada Carlos Blond Álvarez del Manzano.

Una carta a Felipe VI

Tras iniciar una campaña de recogida de firmas, en octubre de 2014 Recena consiguió hacer llegar una carta al rey Felipe VI durante la recepción de los Premios Princesa de Asturias, en el Hotel Reconquista de Oviedo. Le explicaba sucintamente el tema y le pedía que, como soberano de la Orden de San Fernando, impulsara la reapertura del expediente.
Zarzuela remitió el asunto al Ministerio de Defensa, que derivó la cuestión a la Real y Militar Orden de San Fernando. La primera respuesta de la orden fue que no se había podido encontrar ese expediente sobre la Laureada a la Legión iniciado en 1928.
Pero un mayor empeño por parte de la orden dio resultado. En distintos archivos militares fueron apareciendo desperdigados documentos del expediente: por ejemplo, declaraciones de testigos llamados por el juez que lo instruyó.
Se llegaron a recopilar más de 200 documentos, fechados entre noviembre de 1928 y junio de 1936. Con todo ello, la Orden de San Fernando estudió de nuevo el caso y emitió su dictamen positivo de septiembre de 2015. Además, durante ese proceso Felipe VI se interesó por el estado del expediente de la Laureada a la Legión durante una visita a la sede de la Real y Militar Orden de San Fernando.
Ahora Pérez Recena y otros militares interesados esperan que se adopte pronto una resolución. Son conscientes de que quizá haya reticencias por parte de Defensa a abordar un asunto espinoso, ya que admiten que “la Legión es un cuerpo muy admirado pero también tiene detractores”.
En todo caso, esperan que se conceda la Laureada de San Fernando colectiva a tiempo para el centenario de la Legión Española, en 2020.

JAIME SAMANIEGO Y MARTÍNEZ-FORTÚN, PRIMER CABALLERO LAUREADO DE LAS FUERZAS REGULARES

Antes de finalizar el año 2018, no hay que dejar pasar el recuerdo a D. Jaime Samaniego y Martínez-Fortún, Teniente de Caballería destinado...