Comienza la andadura de este blog publicando el historial militar y algunos apuntes biográficos de
D. Camilo García de Polavieja y del Castillo-Negrete, Marqués de Polavieja.
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Fotografía de Kaulak |
D. Camilo Polavieja es uno de los dos únicos militares españoles que en los siglos XIX y XX pasó del más bajo escalafón militar, soldado raso, al más alto empleo posible en el Ejército, el de Capitán General. Como curiosidad que ayude a comprender la personalidad de este valiente, debido a su religiosidad fue conocido como "el General cristiano".
Nació en Madrid el día 13 de julio de 1838 y comenzó a servir como soldado voluntario el 20 de agosto de 1858 en el Regimiento de Infantería de Navarra nº 25, de guarnición en Vitoria (Álava), obteniendo reglamentariamente los empleos de Cabo segundo, Cabo primero y Sargento segundo.
Tomó parte en la campaña de África, encontrándose el 30 de noviembre de 1859 en la acción de Sierra Bullones; el 9 de diciembre en el combate sostenido en los puntos avanzados del campamento del Serrallo, donde se distinguió de una manera brillante, por lo que le fueron dadas las gracias por el General en Jefe - el Capitán General D. Leopoldo O´Donnell y Joris, Conde de Lucena y Vizconde de Aliaga -; los días 15 y 17 del propio mes en los librados en el mismo sitio; el 1 de enero de 1860 en la batalla de los Castillejos; el 4 en la acción de las alturas de la Condesa; el 6 en el paso a "viva fuerza" de las Lagunas y en el combate y toma de Monte Negrón; ; los días 8, 10 y 12, en las acciones habidas en diferentes puntos; el 14 en el combate del paso de Cabo Negro, por el que fue recompensado con el
grado de Sargento primero; el 4 de febrero en la batalla de Tetuán, por lo que se le concedió la
Cruz de María Isabel Luisa - modesta condecoración que llevó siempre sobre el uniforme; el 13 en el reconocimiento efectuado sobre Samsa; el 4 de marzo en el practicado sobre el Atlas, donde se incendiaron varios aduares; el 11 en el combate de las alturas de Samsa y Sierra Bermeja, y el 23 en la definitiva batalla de Wad-Ras, en la que resultó herido, siendo premiado por su distinguido comportamiento con el
empleo de Sargento primero.
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Uniforme de gran gala con las Grandes Cruces de San Fernando e Isabel la Católica, junto a su apreciada Cruz de María Isabel Luisa, prueba del valor que tenía para D. Camilo, a nivel personal, dicha condecoración |
En enero de 1862 fue trasladado al Batallón Provincial de Albacete, concediéndosele en julio de 1863 el empleo de Alférez de Infantería, con destino al Ejército de la isla de Cuba. A su llegada fue destinado al Batallón de Cazadores de Isabel II, que se hallaba operando en la isla de Santo Domingo durante la llamada Guerra de la Restauración, y al cual se incorporó oportunamente, asistiendo el 28 de diciembre a la acción del Robleglal y toma de San Juan de la Maguana; el 8 de enero de 1864, al combate de las Matas de Farfán; el 15, a las operaciones sobre Banica; el 2 de febrero, al combate de la Sierra; el 4, a la acción de las Charcas de las Marías y ocupación de Neiva; el 6, al encuentro del Arroyo de las Salinas; el 7, a la acción de Palmar de Fundación, y el 8, al tiroteo de los bosques de Barahona.
Por los méritos contraídos en estos hechos de armas le fue otorgado el grado de Teniente, y posteriormente concurrió a dos combates, embarcando el 30 de abril para Santiago de Cuba, donde volvió a embarcar el 12 de mayo, formando parte de la División expedicionaria a Monte Christi, con la que desembarco el 16 en Manzanillo.
Emprendió el 17 la marcha a Monte Christi, hallándose en la toma de éste y sus fuertes, como también el 30, en el reconocimiento sobre Laguna Verde y encuentros de Celadero y la Macagua, y el 15 de junio en el combate sobre el río Jaque, marchando en Julio a La Habana para atender al restablecimiento de su salud, pues estaba afectado de una dolencia hepática.
Tras una breve estancia en la península, regresó a la isla donde prestó sus servicios como Auxiliar en la Subinspección de Infantería de Cuba, destinándosele en agosto de 1869 al Batallón de Cazadores de Bailén, que operaba en el departamento Oriental contra los insurrectos cubanos, inmerso ya en la Guerra de los Diez Años. Asistió el 13 de septiembre al ataque habido en el Gunco; el 20 y 21 , a los combates de las Yayas y Loma de la Gloria, y el 15 de octubre, a los encuentros de los Mamones y Ático. En dicho último mes ascendió por antigüedad al empleo de Teniente, y aún siendo destinado primero al Batallón de Ingenieros, y después al Regimiento de Infantería de España, permaneció agregado al expresado Batallón de Cazadores de Bailén, concurriendo el 25 de noviembre al encuentro de Quemado de Miranda; el 26, a la acción de San Pedro; el 30, a la de las Barracas y Arroyo Blanco; los días 14, 16 y 20 de enero de 1870, a las de Aguas Verdes y Palmarito, por las que fue condecorado con la cruz roja de primera clase del mérito militar; el 14 de febrero, a la de Río Abajo; el 18, a la de las Parras; el 19, a la de las Vilas; el 21, a la de Ojo de Agua de los Melones; el 22, al encuentro tenido al regresar a las Tunas; el 19 de abril, al del Rosario, y el 21, al combate del Macío de Figueredo, en el que resultó herido en el muslo, que le causó una ligera cojera el resto de su vida. Por el mérito que contrajo en este combate fue promovido al grado de Capitán.
Al tiempo que se recuperaba de su herida fue destinado al Batallón de Ingenieros, quedando en febrero de 1871 a las inmediatas órdenes del Capitán General, que le agregó a la primera guerrilla volante, con la que emprendió nuevamente las operaciones. Sostuvo algunos tiroteos con el enemigo, y formando parte del Cuartel General del General en Jefe, se encontró el 20 de junio en la ocupación de Vertientes, y se dedicó a reconocer y levantar planos de los esteros comprendidos entre Júcaro y Manzanillo, efectuándolo a satisfacción del General en Jefe.
En concepto de Ayudante de Campo del Brigadier D. Arsenio Martínez-Campos, y desempañando además funciones de Jefe de Estado Mayor, continuó más adelante las operaciones, hallándose el 23 de agosto en la acción de Dos Amigos, por la que se le ascendió al empleo de Capitán; el 24, en la de Arroyo de Raco; el 25, en la de Aguacate; los días 4 y 5 de septiembre, en los encuentros habidos en el mismo punto; el 6, en el de Emilia; el 16, en la emboscada hecha a una partida en Banito; el 20 y 21, en las acciones de Monte Olivares, por las que se le otorgó el grado de Comandante; el 30, en el encuentro de las cumbres de la Sierra; el 1 de octubre, en la acción de Brazo Malo; el 2, en la de Pinalito; el 3, en la del alto de la Estrella; el 23, en la del Elíseo; el 25, en la Irún; el 1 de diciembre, en la de San Ignacio; el 4, en la del Naranjo; el 2 de enero de 1872, en la de Risueña; el 6, en el encuentro de los montes de Bejuco; el 17, en el de Filipinas; en el 18, en el de Macarriba; el 24, en el de la Concepción; el 29, en la acción de las Tres Piedras; el 16 y 18 de febrero, en las del Cuzco; el 19, en la de Arroyo Blanco; el 28, en la de la Vega de López; el 11 de marzo, en el ataque de los montes de Tacajo; el 13, en el de los de Alcalá; el 18, en el de Santa Rita; el 20, en el de los montes de Raga, y el 15 de mayo, en el de los montes de Río Arriba. Por estos servicios fue recompensado con el grado de Teniente Coronel.
Con posterioridad operó con el Cuartel General del General en Jefe y desempeñó los cargos de Comandante Militar de Morón y Teniente Gobernador de su provincia, en la que prestó servicios de campaña a vanguardia de la Trocha, hasta que en febrero de 1873 fue autorizado para regresar a la península, con el objeto de restablecer su salud.
Una vez repuesto, ofreció sus servicios al Capitán General de Valencia en julio de dicho año 1873, comienzo de la Rebelión Cantonal (
¿QUÉ FUE LA REBELIÓN CANTONAL?); siendo aceptado y bajo dicho mando concurrió en las operaciones sobre Játiva y Alcira, y en el sitio de Valencia hasta su rendición, tomando parte en los diferentes hechos de armas habidos, y distinguiéndose muy particularmente, el 31 de dicho mes, en la acción de Mislata, por lo cual fue ascendido al
empleo de Teniente Coronel. Además asistió a las operaciones sobre Murcia, al sitio de la plaza de Cartagena y a los combates a que éste dio lugar, mandando las fuerza de ataque sobre la misma y expediciones por el litoral hasta el 26 de septiembre.
En diciembre se dispuso que quedara de forma permanente destinado en la península, recibiendo el nombramiento de Ayudante de Campo del Capitán General de Cataluña, con quien, a su paso por el distrito de Valencia, se halló en las operaciones efectuadas sobre Alcira, Alcudia, Carlet y otros puntos contra las fuerzas de Santés y Vallés; y ya en Barcelona marchó con la columna del Brigadier Cañas a operar sobre la línea férrea de Gerona, asistiendo el 30 de septiembre a la acción de Calella.
El 8 de enero de 1874 tomó parte en el combate sostenido en las calles de Barcelona; el 11 en el de Sarriá; el 15, con la columna del Coronel Mola, en el levantamiento del sitio de Manresa, y el 22 y 23, con la que personalmente mandaba el Capitán General, en la ocupación de Vich.
Por los dos primeros combates mencionados le fue concedida la cruz roja de segunda clase del mérito militar, quedando luego de reemplazo hasta que el 8 de abril fue nombrado nuevamente Ayudante de Campo del General D. Arsenio Martínez-Campos, con quien prosiguió las operaciones contra los carlistas en el frente norte. Entre otros hechos de armas, participó el día 27 en la toma de Otañez; el 28, en la acción de la Muñecas; el 30, en el combate de Galdames y toma del alto de la Cruz, por los que se le otorgó el grado de Coronel; el 1 de mayo, en la toma del monte de Santa Águeda; el 2, en la entrada de Bilbao; el 24, en la acción de Villarreal; el 25 de junio en la toma de Monte Esquinza; el 26, en la de Zabal y combate de Zurucaín; el 27, en el librado sobre Estella, y el 28 en el sostenido durante la retirada de Murillo a Larraga.
Permaneció en situación de reemplazo desde el mes de julio siguiente, hasta que en agosto fue nombrado Fiscal de la segunda Comisión militar permanente establecida en Madrid, confiriéndosele en octubre el mando del Batallón de Reserva de Toledo, que formaba parte del Ejército del Norte. Promovido al
empleo de Coronel en diciembre por el mérito que contrajo en los cuatro combates últimos mencionados, y se le concedió el mando del Regimiento de Infantería Tetuán, denominado después de la Princesa, continuando en el referido Ejército y operando durante algún tiempo como Jefe de la columna de observación sobre Lodosa.
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Escudo real en la bandera de España tras la restauración del Rey D. Alfonso XII |
Tras el pronunciamiento del General Martínez-Campos y la restauración en el trono del Rey D. Alfonso XII, asistió a las operaciones que dieron por resultado el levantamiento del bloqueo de Pamplona, el 3 de febrero de 1875; a la defensa del reducto de Muriaín la noche de este mismo día, y que le valió ser condecorado con otra cruz roja de segunda clase del mérito militar; continuó participando en diferentes escaramuzas y tiroteos sostenidos posteriormente; estuvo en la batalla de Treviño, el 7 de julio, obteniendo por ella la Encomienda de la Orden de Carlos III; a los reconocimientos hechos los días 10 y 16 sobre Salvatierra y Peñacerrada; al ataque y toma de Villarreal, el 29 y 30; al combate de Restra, el 14 de agosto; al bombardeo de Salvatierra, el 21, y al ataque y toma de Villarreal por segunda vez, el 25 de octubre; el 26, con un batallón de su regimiento, cuatro compañías del de la Reina y una sección de caballería, protegió, combatiendo todo el día contra fuerzas superiores, la retaguardia y flanco derecho del Ejército en su marcha sobre Murguía; el 27 y 28 se halló en los reconocimientos practicados sobre diversos puntos, y el 29 en el combate de las Conchas de Murillas.
En virtud de disposición superior y con la guerrilla de Miranda de Ebro, que había sido puesta a sus órdenes, se separó del Ejército el 3 de noviembre, y por medio de una marcha sigilosa durante la noche, sorprendió y tomó en la mañana del día 4, el fuerte enemigo de los Payos y el pueblo de Peñacerrada, haciendo bajas y prisioneros a los carlistas, y apoderándose de pertrechos de guerra, por lo cual fue felicitado por el General en Jefe.
Concurrió el día 5 al sitio y rendición del fuerte de San León; el 6, al encuentro habido de en Langrar; el 12, al combate de Bernedo; el 24, a los reconocimientos sobre Maeztu y Apellániz; y el 8 de enero de 1876, al ataque y toma de Villarreal y alturas de Arlabán. El 29 del propio mes, y a la cabeza de su regimiento, tomó, después de rudo combate y tenaz resistencia carlista, las Peñas de Amboto y el fuerte de San Carlos en las alturas de Urquiola, felicitándole al siguiente día por tan brillante hecho de armas el General en Jefe, estando al frente de su Cuerpo, que se hallaba formado. Siguió en operaciones hasta el final de la guerra, encontrándose el 13 de febrero en la batalla de Elgueta, y premiándosele con el
empleo de Brigadier en abril por su "distinguido comportamiento" en los últimos servicios de campaña (1). D. Camilo Polavieja tenía treinta y siete años de edad, y en sólo diecisiete de servicio había conseguido llegar al Generalato con sólo un ascenso por antigüedad siendo oficial, ganando el resto por su demostrado valor y pericia militar frente al enemigo.
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Firma de D. Camilo García de Polavieja |
Seguidamente fue nombrado Jefe de la Segunda Brigada de la División suelta de Cataluña, siendo destinado en octubre del expresado año de 1876 al Ejército de la isla de Cuba, donde tomó el mando de la Segunda Brigada de la Comandancia General de Sancti Spiritus, emprendiendo las operaciones contra los insurrectos, con los cuales tuvo varios combates, destacando el del 1 de diciembre en Peña Blanca, y el 3, en los Cristales; mantuvo fuego con diversos grupos enemigos montados los días 4, 7, 8, 10, 11, 14, 15, 16, 21, 22 y 31, y volvió a librar combates el 8 de febrero de 1877 en la Tinaja y Primer Hoyo; el 9, en la Gloria, y el 10, en Derramaderos, alcanzando por estos servicios la
Gran Cruz Roja del Mérito Militar (2).
Abatida la insurrección de las Villas, pasó, a finales de marzo, a encargarse de la Tercera Brigada del Departamento Oriental, dedicándose incesantemente a la persecución del titulado General Antonio Maceo, a pesar de un fuerte temporal de aguas que se había desencadenado, efectuando reconocimientos por los terrenos más escabrosos, sosteniendo ligeros tiroteos que causaron varias bajas a los rebeldes, haciendo 22 prisioneros y destruyendo varios campamentos.
Organizó los centros de racionamiento y de batallón; dictó disposiciones para las operaciones que debían realizar las columnas; situó su Cuartel General en Palma Soriano, y canalizó parte del río Cauto, consiguiendo llevar raciones en balsas al campamento de Barrancos, por todo lo cual le dio las gracias en repetidas ocasiones el General en Jefe, manifestándole su satisfacción.
Trasladó más tarde su Cuartel General a Cauto Abajo e hizo avanzar hacia el interior parte de las fuerzas de su Brigada, situándolas en nuevos centros, y dirigió y vigiló las operaciones, siendo nombrado en marzo Jefe de la Segunda Brigada de la División a que pertenecía, de la que se hizo cargo en Mayarí Bajo. En este nuevo destino, se esforzó en dar el mayor impulso a la persecución de las fuerzas rebeldes, que al mando del titulado Brigadier Limbano Sánchez se hallaban dentro de su zona, hasta que desmoralizadas por los contínuos encuentros y por las deserciones que sufrían en sus filas, propuso dicho cabecilla su capìtulación, que efectuó el 28 de mayo con 44 Jefes y Oficiales, 274 individuos de tropa armados y 259 desarmados.
Finalmente, el General en Jefe del Ejército de operaciones en Cuba propuso su ascenso al
empleo de Mariscal de Campo en junio de 1878 (3), siendo nombrado al mes siguiente Comandante General y Gobernador Civil de la provincia de Puerto Príncipe, cargos en que contrajo méritos por los que le fueron dadas las gracias de Real Orden.
Desde julio de 1879 ejerció el mando político y militar de la provincia de Santiago de Cuba, adoptando las medidas conducentes a contrarrestar el movimiento insurreccional que en la misma se preparaba, y consiguiendo limitar el que tuvo lugar en Holguín y Cuba la noche del 26 de agosto.
El 5 de septiembre pasó desde Gibara a Guantánamo para dirigir personalmente las operaciones; el día 7, se trasladó a Santiago de Cuba para organizar columnas; el 4 de noviembre, marchó a Palma Soriano con el fin de dirigir una operación importante, y más adelante visitó otros puntos, dando instrucciones a las columnas y estableciendo centros de racionamiento.
Organizó en enero de 1880 una batida general que se verificó satisfactoriamente; dirigió personalmente diversas operaciones combinadas en dicho mes y en el de febrero, dando en éste otra batida general en la que se hicieron prisioneros y se logró la presentación de un gran número de insurrectos, y adoptó disposiciones encaminadas a privar a éstos de recursos con los que prolongar la guerra. El movimiento de tropas y los constantes reconocimientos dieron por resultado que el enemigo fuera batido diferentes veces y duramente castigado, hasta el extremo de reducir sus filas a una mínima expresión. Unido a esto el descubrimiento de una conspiración en Mayarí , el inmediato y enérgico castigo impuesto a los revolucionarios, la actividad que se redobló en las operaciones, la falta de recursos "de boca y guerra" que experimentaban los rebeldes, se obtuvo en la jurisdicción de Guantánamo la rendición incondicional de todos los cabecillas con sus partidas, deponiendo las armas.
Después de haber embarcado y mandado en clase de presos a disposición del Capitán General de Puerto Rico a los principales insurrectos que se habían presentado, marchó a Baracoa, en cuya jurisdicción movió convenientemente las tropas, tomando medidas políticas que tendían a quitar al enemigo toda clase de recursos; y el 25 de junio, como consecuencia de tales disposiciones, hicieron todos los rebeldes su sumisión al Gobierno, entregando las armas y siendo también embarcados los principales directores del movimiento insurreccional de aquel territorio.
El resultado general de las anteriores operaciones fue de 155 muertos y 299 prisioneros, y de 1671 hombres armados y 3950 desarmados que se entregaron, quedando así terminada la campaña en la provincia de Santiago de Cuba. Por ello fue recompensado con la
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica (4) y el
empleo de Teniente General (5) en julio de 1880.
Continuó no obstante su ascenso en su cargo al frente de la provincia de Santiago de Cuba hasta noviembre de 1881, en que fue sustituido y regresó a la península, quedando en situación de Cuartel a la espera de destino.
En agosto de 1882 fue nombrado
Consejero del Consejo Supremo de Guerra y Marina (6) por haber quedado una vacante por dimisión en el mismo, debido a su mal estado de salud, del Teniente General D. Juan Villegas y Gómez. Poco tiempo después fue nombrado
Capitán General de Andalucia (7), octubre de 1882, y de Puerto Rico, enero de 1888, cargo este último del cual dimitió en el mismo mes debido a su mal estado de salud.
Durante su estancia en Sevilla conoció y contrajo matrimonio el 21 de marzo de 1885 con Dª. María Concepción Castrillo y Medina, hija de D. Juan Bautista Castrillo y Bernuy, Marqués de Villaverde de San Isidro y Vizconde de Benaoján, y de Dª. María Concepción Medina Esquivel, hija del Marqués de Esquivel. Por su matrimonio, D. Camilo Polavieja se convirtió en cuñado de D. Francisco Armero y Díaz, Marqués del Nervión y Grande de España, y D. Marcos Castrillo y Medina, Marqués de Benamejí y Grande de España. Entraba en la más alta nobleza, en el reservado grupo de los Grandes de España. De su matrimonio nacieron tres hijos: D. Alfonso María (n. 11 de enero de 1887), D. Álvaro y Dª. María de los Ángeles (n. 1893).
Tras renunciar al destino en Puerto Rico, estuvo en situación de Cuartel hasta que en octubre de 1888 fue nombrado Presidente de la Sección Tercera de la Junta Superior Consultiva de Guerra, destino que ocupó hasta septiembre de 1889, que pasó a ejercer el de
Inspector General de Infantería.
En julio de 1890 se le nombró
Capitán General de la isla de Cuba (8), y apenas desembarcado en la misma impidió con sus acertadas y enérgicas medidas una extensa insurrección, preparada por Antonio Maceo en las provincia de La Habana, Matanzas y Santiago de Cuba, y en el mes de octubre otra, intentada en la provincia de Santa Clara por el General insurrecto Carrillo, dedicándose luego a la conservación de la paz, al fomento de la riqueza de la isla y a la persecución del bandolerismo, que tenía carácter político, por ser considerado en el país como una protesta armada contra España. Al cesar en dicho mando en junio de 1892, dejó muy quebrantado el bandolerismo. En septiembre de 1890 fue condecorado con la
Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo (9)
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Fotografia c. 1895 |
Volvió a permanecer después en situación de Cuartel, habiendo desempeñado las funciones de Presidente de la Comisión encargada de redactar los proyectos para la creación de una Sociedad de Crédito del Ejército y Armada, y las de Juez de campo de las maniobras que se efectuaron en el año de 1892.
Se le confirió en noviembre de 1893 el cargo de
Comandante en Jefe del Sexto Cuerpo de Ejército (10); en diciembre de 1894 el de
Jefe del Cuarto Militar de S.M. la Reina Regente (11); en octubre de 1896 el de
Segundo Cabo, en comisión, de la Capitanía General de las Islas Filipinas (12); y en diciembre del propio año los de
Gobernador General, Capitán General de las mismas islas y General en Jefe de su Ejército (13).
El 14 de febrero de 1897 salió a operaciones de campaña, y dirigió personalmente las de la reconquista de la provincia de Cavite y parte oeste de la de Batangas, territorio que hacía meses estaba en poder de los rebeldes, constituidos en estado independiente, con su capital civil y militar , y formando un vasto y fuerte campo atrincherado.
Situó su Cuartel General en Parañaque, punto avanzado en la primera y más fuerte línea enemiga, y que por su situación le permitía cubrir la capital del archipiélago, conservar las comunicaciones, combinar los movimientos de la Escuadra con los del Ejército invasor y atender a las operaciones de las otras provincias sublevadas.
Su plan de reconquista de las provincias de Cavite y Batangas se llevó a cabo con la mayor precisión, ganando todas las obras de defensa que los insurrectos tenían en Tranquero, Pamplona, Bayuyunga, río Zapote, Silang, Pérez-Dasmariñas, Salitrán, San Nicolás, Presa Molino, Innis, Dos Bocas, Noveleta, Cavite Viejo, Binacayán, San Francisco de Malabang, Rosario y Santa Cruz, y se tomaron las posiciones de Cacarón de Silelas, , del río Pasig, Taguig, Bonga Mayor, Santa Cruz de Paombong, Nanges, y otras varias de las demás provincias de la isla de Luzón.
El 20 de marzo regresó a Manila, por encontrarse enfermo con unas fiebres graves, sin que por esto dejara de estar encargado de los importantes mandos que ejercía y de seguir dirigiendo todas las operaciones de campaña; el 24 se le admitió la dimisión que por importantes motivos de salud había presentado de dichos mandos, siendo nombrado a continuación
Presidente de la Junta Consultiva de Guerra (14).
El 15 de abril embarcó para la península, y el 28 le fue concedida la
Gran Cruz Laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando (15) "por el distinguido mérito que ha contraído como General en Jefe del Ejército de Filipinas realizando la ardua empresa de dominar la insurrección surgida en críticos momentos para la Patria en varias provincias de aquel Archipiélago, dando muestra de su pericia al obtener tan feliz resultado en una breve, enérgica y gloriosa campaña".
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Fotografía con la banda e insignia de la Gran Cruz Laureada de San Fernando |
Posteriormente fue nombrado
Ministro de la Guerra el 4 de marzo de 1899 (16), siendo Presidente del Consejo de Minstros D. Francisco Silvela; cesó en este cargo el 2 de octubre siguiente, quedando en situación de Cuartel. Al mes siguiente fue nombrado Comisario Regio (Presidente) de la sección española de la Cruz Roja (17).
En abril de 1903 el Rey le agració con el
Collar de la Real y Distinguida Orden de Carlos III; y en julio se le nombró
Director General de la Guardia Civil (18), y en noviembre
Jefe del Cuarto Militar de S. M. el Rey D. Alfonso XIII (19), cargo de desempeña hasta su nombramiento en diciembre de 1904 como
Jefe del Estado Mayor Central del Ejército (20), y en marzo de 1906
Presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina (21). En su calidad de ex Ministro de la Guerra fue nombrado
Consejero de Estado para el bienio de 1908-1910 en el mes de mayo de dicho primer año (22).
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En mayo de 1904 el Rey D. Alfonso XIII visita las Bodegas Domecq en Jerez de la Frontera. En la fotografía aparece D. Camilo, quien era el Jefe del Cuarto Militar del Rey y por tanto le acompañaba en todas sus visitas |
Finalmente, junto a su cese como Presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina fue promovido en enero de 1910 al
empleo de Capitán General "en consideración a los relevantes méritos y especiales circunstancias del Teniente General D. Camilo García de Polavieja y del Castillo, Marqués de Polavieja, y deseando al propio tiempo dar una distinguida prueba del aprecio que merece nuestro noble y valeroso Ejército, en el cual ha prestado dicho General notorios servicios". Este mismo año fue nombrado
Embajador extraordinario y plenipotenciario de España ante la República de Méjico, para asistir como representante de España en el primer centenario de la independencia de dicho país. Su madre era mejicana y por tanto el Gobierno estimó que era el mejor representante del Reino de España para dicho aniversario.
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Fotografía con oficiales españoles y mejicanos durante su embajada de 1910. El segundo por la izquierda es su hijo Alfonso. |
En el momento de su ascenso a la Capitanía General se hacía constar que contaba con concuenta y un años y cinco meses de servicio; de ellos veintinueve años y cerca de siete meses en el empleo de Teniente General; ocupaba la segunda plaza en la escala de su clase y se hallaba en posesión de las siguientes condecoraciones: Cruz de María Isabel Luisa; Cruz blanca de primera clase del Mérito Militar; una Cruz de primera clase y dos de segunda de la misma Orden, con distintivo rojo; Encomienda y Collar de la Orden de Carlos III; Gran Cruz de Isabel la Católica; Gran Cruz roja del Mérito Militar; Gran Cruz de San Hermenegildo; Gran Cruz Laureada de San Fernando, pensionada con 10.000 pesetas anuales; Grandes Cruces de la Orden de Santiago de la Espada y de la Orden de San Benito de Avis, de Portugal; Gran Cruz de la Corona de Italia; Medallas conmemorativas y de las campañas de África, Bilbao, Cuba, Alfonso XII, Guerra Civil, Filipinas, Voluntarios de Filipinas, Alfonso XIII, Regencia, Patronato de los Somatenes de Cataluña, Centenario de los Sitios de Zaragoza y Cruz Roja.
En el plano político, fue Senador electo por la provincia de Santiago de Cuba 1889-90, la provincia de Santa Clara 1896-98, Vitalicio 1899-1911, y finalmente por derecho propio 1911-14 (23).
Por Breve de S. S. León XIII fechado en 5 de marzo de 1895, fue creado
Marqués de Polavieja dentro del nobiliario pontificio, aunque dicho título extranjero fue reconocido por la Reina Regente María Cristina de Habsburgo, siendo autorizado a hacer uso del mismo en España desde el 5 de agosto del mismo año.
Dentro de las inquietudes de nuestro biografiado estaba su pasión por la Historia, siendo nombrado en enero de 1912 académico de la Real Academia de la Historia. Sus últimos años los pasó dedicado a la lectura e investigación histórica.
Falleció D. Camilo en su domicilio de la calle Serrano nº 25 en Madrid el día 15 de enero de 1914, siendo enterrado el día 17 en la Sacramental de Santa María de la misma ciudad.
Fue autor de los siguientes textos:
Hernán Cortés. Copias de documentos existentes en el Archivo de Indias y en su Palacio de Castilleja de la Cuesta, sobre la conquista de México, Sevilla, 1889; Mando en Cuba del Teniente General D. Camilo G. Polavieja. Copia de la memoria dirigida al Exmo. Sr. Ministro de Ultramar, en 22 de diciembre de 1892, Madrid, 1896; Mi política en Cuba. Relación documentada, lo que vi, lo que hice, lo que anuncié, Madrid, Imprenta de Emilio Minuesa, 1898; Exposición al Senado, Madrid, 1901; Hernán Cortés. Estudio de un carácter, Toledo, Imprenta y Librería de la Viuda e Hijos de J. Peláez, 1909; Discursos leídos ante la Real Academia de la Historia, Madrid, Est. Tipográfico de Jaime Ratés Martín, 1912.
(1)
REAL DECRETO ASCENSO A BRIGADIER
(2)
REAL DECRETO CONCESIÓN GRAN CRUZ ROJA DEL MÉRITO MILITAR
(3)
REAL DECRETO DE ASCENSO A MARISCAL DE CAMPO
(4)
REAL DECRETO CONCESIÓN GRAN CRUZ ORDEN DE ISABEL LA CATÓLICA
(5)
REAL DECRETO ASCENSO A TENIENTE GENERAL
(6)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO CONSEJO SUPREMO DE GUERRA Y MARINA
(7)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO CAPITÁN GENERAL DE ANDALUCÍA
(8)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO CAPITÁN GENERAL DE CUBA
(9)
REAL DECRETO CONCESIÓN GRAN CRUZ DE SAN HERMENEGILDO
(10)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO COMANDANTE EN JEFE SEXTO CUERPO DE EJÉRCITO
(11)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO JEFE CUARTO MILITAR REINA REGENTE
(12)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO SEGUNDO CABO CAPITANÍA GENERAL DE FILIPINAS
(13)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO CAPITÁN GENERAL DE FILIPINAS
(14)
REL DECRETO NOMBRAMIENTO PRESIDENTE JUNTA CONSULTIVA DE GUERRA
(15)
REAL DECRETO CONCESIÓN GRAN CRUZ LAUREADA DE SAN FERNANDO
(16)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO MINISTRO DE LA GUERRA
(17)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO PRESIDENTE CRUZ ROJA ESPAÑOLA
(18)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL
(19)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO JEFE CUARTO MILITAR DE ALFONSO XIII
(20)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO JEFE ESTADO MAYOR CENTRAL DEL EJÉRCITO
(21)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO PRESIDENTE CONSEJO SUPREMO DE GUERRA Y MARINA
(22)
REAL DECRETO NOMBRAMIENTO CONSEJERO DE ESTADO
(23)
EXPEDIENTE DEL SENADO DE ESPAÑA
Se puede ampliar información en los siguientes enlaces:
http://www.rah.es/10359-2/
https://es.wikipedia.org/wiki/Camilo_Garc%C3%ADa_de_Polavieja#Bibliograf%C3%ADa